Se celebró misa y comimos del pan bendecido y de la comida de alforja (tortillas, carnes empanadas, conejo... nada que envidiar a los restaurantes de 5 tenedores) , nos tomamos los postres, riquísimos, acompañados por licores muchos de ellos caseros (patxarán, licor de moras, de nueces...) aún nos quedó tiempo para una sobremesa larga y divertida, con tiempo para juegos, charlas y descanso.
Llegó el momento de volver al pueblo y como hicimos a la ida algunos nos atrevimos a volver caminando, es un paseo con unas vistas preciosas y recomendable para todas las edades...
Una vez en la Era Patía se repartió el melocotón con vino (buenísimo), amenizado con música, y aunque parezca mentira aún quedaban fuerzas para bailar.
Compartimos un día perfecto que esperemos se repita el próximo día 5 de junio en la romería a San Esteban.
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