Comimos en paz pero aguantando un sol de justicia... menos algunos afortunados que consiguieron sitio en la sombra.
Después de comer, tiempo para el relax y la digestión de tantos y variados manjares y licorcillos.
La vuelta fue menos seguida por los romeros, ellos se lo perdieron. ¡¡¡¡No sabéis la que había liada en la cueva Foraz!!!! (no pensamos enseñaros ni una foto).
Algunos aún tenían ganas de fiesta y comida sobrada y aprovecharon para cenar en la era Patía. El año que viene nos apuntamos.
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